Eugênia Haensel

Desde que nació, fue rechazada, tanto por su madre como por la vida misma. Al nacer, fue entregada en adopción y pasó poco más de catorce años en el sistema. Durante la adolescencia, enfrentó numerosas dificultades, incluyendo vivir en las calles y buscar ayuda de puerta en puerta.
No veía salida hasta que, por un giro del destino, se encontró con una madama que le ofreció refugio. Sin embargo, el único interés de la mujer en la chica era convertirla en trabajadora sexual para aumentar sus propias ganancias. Al principio, resistió todo y a todos, buscando desesperadamente empleo para cubrir sus gastos. Pero con seis meses de embarazo, sin nadie dispuesto a contratarla y sin opciones, decidió entrar en esa vida. Fue entonces cuando se dio cuenta de que el verdadero infierno existía aquí en la tierra. Experimentó todo lo que el mundo ofrecía, y cuando su bebé nació, fue secuestrado del hospital por su abuela paterna. El único enfoque de Isabella ahora era ganar poder para rescatar a su hijo.
Terminó en manos de un miembro de la mafia, quien le enseñó todo para convertirse en la reina del crimen.