Mrs Archer

Dragana, una bruja de ascendencia real eslava, ha sido capturada por el poderoso Rey Alfa y tiene la tarea de encontrarle a su compañera. Si falla, el despiadado Rey Alfa no se detendrá ante nada para asegurar su sucesión, su corona y su heredero, incluso si eso incluye tomar a Dragana como su criadora, en contra de su voluntad. El tiempo se estaba agotando y, a pesar de todo, ella se encontraba en el centro de la guerra, la tentación, la muerte y el amor.
Soñé con sus labios... No podía sacármelo de la cabeza, incluso en el sueño... Al darme vuelta, casi podía sentir un leve aroma de ella en mi cama... Mi polla estaba dura de nuevo, y lo único que podía hacer ahora era masturbarme... Grande, dura y sobresaliendo, la agarré, pensando en sus labios... Deslizando mi mano arriba y abajo, imaginé la vagina húmeda de Dragana, sus jugos fluyendo, ella tomándome y gritando mi nombre... Podía ver sus ojos plateados llenos de satisfacción, mordiéndose el labio mientras yo empujaba más y más profundo, haciéndola tomar toda mi longitud... Empujé mi polla de nuevo en mi mano, imaginando estar dentro de ella... Ella era virgen, así que debía ser estrecha... ningún hombre antes que yo la había tenido... con ese pensamiento, simplemente exploté de nuevo... La tendré, me dije a mí mismo... La quiero y la tendré, heredero o no, compañera o no...

Emma es la hija del Primer Señor Dragón y la Primera humana. Sin ser consciente del poder y el equilibrio que posee sobre el reino mágico y humano, un encuentro casual y un nuevo trabajo abren las puertas a posibilidades, amor, intriga, familia y magia.
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Sentada a horcajadas sobre el hombre en cuyo regazo estoy, siento su grosor, grande y lleno, dentro de mí. La conexión es irreal. Lo siento llenándome y queriendo más. Lo beso con avidez, deseándolo. Lo tomo completamente dentro de mí, jadeando, deslizándome arriba y abajo sobre su miembro. La imagen que veo parece real. Siento la humedad entre mis piernas, la ardiente necesidad de él, cada pequeña sensación de su eje deslizándose, un ardiente deseo por este hombre, mis jugos cubriendo mis piernas... Lo quiero dentro de mí, quiero sentir su toque. Gritamos de éxtasis y la imagen se desvanece.
Veo a un niño...