Capítulo 87

Mi corazón se aceleró, como siempre, cada vez que escucho su voz sexy y ronca.

—Papá —llamó Mario, pero me quedé quieta, bebiendo mi trago y evitando mirar en su dirección.

—Con permiso —dijo Mario, alejándose.

Asentí, todavía bebiendo mi trago mientras Imogen se acercaba a mí.

—Dios, Evie. El p...