CAPÍTULO 10

Dante Castelli.

Observé a mi pequeño conejo. Su cuerpo estaba tenso, sus ojos abiertos de par en par, lágrimas corriendo por sus mejillas pálidas. El miedo que emanaba de él era casi palpable.

Sonreí suavemente.

—No te preocupes, conejito—. Mi voz salió baja, arrastrada, casi un susurro. —Te va a...

Login to Unlock ChaptersPromotion