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Chapters

Capítulo 1: El último ensayo… y el primer desastre.

Capítulo 2: Enemigo en la sala de juntas.

Capítulo 3: Cara bonita, liderazgo dudoso.

Capítulo 4: Café, cambio y cinturones ajustados.

Capítulo 5: Promoción y castigo.

Capítulo 6: Manual para desayunos incomodos.

Capítulo 7: Presión en papel, elegancia entre flores.

Capítulo 8: El día libre que nunca lo fue.

Capítulo 9: Carritos cruzados y frases contenidas.

Capítulo 10: Primer día oficial.

Capítulo 11: Entre informes y sillas.

Capítulo 12: El arte de conectar… y el de desconectar.

Capítulo 13: El peso de no pedir ayuda.

Capítulo 14: Algo empezó a ceder.

Capítulo 15: Campo abierto.

Capítulo 16: La parte que no se enseña.

Capítulo 17: Lo que empieza a cambiar.

Capítulo 18: Una conversación que si llegó.

Capítulo 19: Más y más trabajo.

Capítulo 20: Después de la hora.

Capítulo 21: Mañanas diferentes.

Capítulo 22: Él no está, pero todo gira en torno a él.

Capítulo 23: Entre lo que se dice y lo que se desea.

Capítulo 24: Quietud en medio del día.

Capítulo 25: La pausa entre dos respiraciones.

Capítulo 26: Frío compartido.

Capítulo 27: Cálido, pero no incandescente.

Capítulo 28: El desastre exterior era lo de menos.

Capítulo 29: La noche aún no empieza.

Capítulo 30: Espacios compartidos.

Capítulo 31: Una noche de pensamientos persistentes.

Capítulo 32: ¿Buenos días?

Capítulo 33: Un recorrido con dobles intenciones.

Capítulo 34: Un recorrido alterado.

Capítulo 35: Una invitación mal recibida.

Capítulo 36: Ni Dorian, ni Erick.

Capítulo 37: ¿Así se retoma la rutina?

Capítulo 38: Una visita no programada.

Capítulo 39: No lo niego. Tampoco lo afirmó.

Capítulo 40: Clark y el arte de no irse.

Capítulo 41: Trabajo y tensión.

Capítulo 42: Encuentro cercano en el centro comercial.

Capítulo 43: Encuentros todavía más cercanos.

Capítulo 44: Invitación a lo incierto.

Capítulo 45: Dónde habita ella.

Capítulo 46: La receta de una noche inquieta.

Capítulo 47: La receta de una noche inquieta – parte 2

Capítulo 48: Más que colegas.

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Capítulo 24: Quietud en medio del día.

El vigilante cerró el portón detrás de él apenas la vio acercarse.

—Disculpe, señorita. Esta zona no está abierta al público.

Sabrina se detuvo frente a la entrada.

No quiso sonar molesta, pero tampoco podía permitir que la bloquearan sin explicarlo.

—Estoy aquí por razones de trabajo —dijo, sa...