La Nerd del Millonario

—Nuestro amor nos llevará a terminar como Romeo y Julieta
— ¿Juntos?
— ¡No! Muertos
—Tú siempre tan romántica
—Y tú… tan estúpido
—Ya hablo doña perfecta
—Aunque te cueste reconocerlo, así que no pienso seguir perdiendo mi tiempo contigo. Me retiro antes de que se me pegue lo malo por no decir otra palabra que no pueda entender. Con su permiso joven Sanz
—¡Hasta nunca B-R-U-J-A fea! Espero que choques en tu escoba voladora y te destroces el rostro para no volverte a ver la cara de mustia amargada que tienes, evítanos la pena seguir sufriendo mientras te vemos
—Qué tus buenos deseos se te multipliquen, insecto —grite al salir corriendo de la casa para tratar de llegar lo más pronto a la parada, y alcanzar el último autobús que me llevaría de regreso a la Universidad de Barcelona, donde estudiaba.
Esto era tan solo una pequeña pelea a la que me tenía que enfrentar cada vez que me encontraba en la residencia de la familia Sanz o donde coincidiéramos, en donde había sido contratada como niñera del menor de los hijos de la familia.