Despierta con resaca

—Vamos, hombre, levántate—una voz gruñó en mi oído, su aliento caliente rozando mi piel.

Parpadeé con fuerza, pero no sirvió de nada. El mundo seguía girando, deformándose, como si alguien hubiera torcido la habitación. Estaba viendo el doble, no, el triple de todo, sin reconocer a nadie frente a m...

Login to Unlock ChaptersPromotion