CAPITULO 3: LA NUEVA RESIDENCIA PARTE 2

—Me parece buena idea, pero Sara, asegúrate de que el documento que firmaste para renunciar a tu derecho como esposa también lo firme él para que renuncie a los derechos como esposo. No vaya a ser que después de que pase el mes y el descubra tu verdadero potencial, por lo que puedes generar y razón principal por la cual te Chantajeo el señor Peter, él regrese reclamando los derechos de esposo. Y tendrías que dar la mitad de tus ganancias, porque el no renuncio a sus derechos en el divorcio.

—Tienes razón, papá. Ya mismo me contacto con mi abogado. Para que le haga llegar ese documento a él también.

—Igual no te apresures tanto, puedes levantarle sospechas. Ya que vas a quedarte con él por un mes, puedes decirle mañana o pasado de forma. Casual para evitar levantar sospechas si vas ahora mismo y le pides eso, él empezará a sospechar. Y ahí sí va a querer dimitir el divorcio, tómalo con calma por ahora como dijo tu madre disfruta el brindis. Lo importante es que ya estás divorciada.

—Gracias papá por el Consejo y de acuerdo voy a disfrutar el brindis. De por si uno no se casa todos los días. —Querrás decir uno, no se divorcia todos los días. Dice la señora Jimena entre risas. —Madre, no te burles de mí. Ya verás que conseguiré un novio mucho mejor que Caspian. —Eso lo se Sara, no me preocupo por eso, eres demasiado hermosa, inteligente, nunca se sabe quizás a la vuelta de la esquina, encuentres a tu media naranja.

En ese momento, un joven se acercó por detrás a Sara y le toco el hombro. Al darse la vuelta se topó con el rostro de su supuesto esposo. Actualmente su exesposo Caspian

—ya realicé los saludos pertinentes e hice todo el teatro, quiero regresar a mi casa, pero no puedo sino me llevo a mi esposa. dice esto último con una mueca en la cara. —Entiendo, señor Hilton, denme unos minutos para despedirme de mis padres y me retiro con usted.

Sara se apresuró, se despidió de sus padres, les dio un beso a ambos. Y siguió a Caspian hacia los estacionamientos. Al llegar una limusina, los recogió a ambos, en la parte trasera del baúl, decía recién casado, eso le produjo algo de risa, pero se pudo controlar para evitar que se saliera, sin duda todo esto era un espectáculo. al ingresar a la limusina un silencio sepulcral se formó entre la pareja. ella decidió ignorar la presencia del hombre y se recostó en la ventana visualizando el paisaje. Ella no se había percatado, pero, durante todo, ese tiempo Caspian no le quitaba el ojo de encima. él se preguntaba, qué es lo que ocultaba esa chica, por que renunció tan fácilmente a sus derechos matrimoniales al momento de firmar el divorcio.

ninguno de los 2 hablaron, simplemente se mantuvieron en su sitio hasta que llegaron a la mansión Ubicada en el centro de la lujosa urbanización de alrededor, unas 15 a 20 mansiones de Alta gama solo persona de alto poder adquisitivos residían en esa Zona.

Al bajarse de la limusina, Sara quedó impresionada por la ubicación del lugar. Las calles estaban impecablemente pavimentadas, adornadas con árboles cuidadosamente podados y farolas que proyectaban una cálida luz dorada. Todo transmitía lujo y exclusividad. La seguridad también era evidente: cámaras discretamente colocadas, guardias patrullando con porte profesional y un silencio tan sereno que casi parecía irreal. Sara respiró profundamente y, por un instante, pensó que sería maravilloso tener una residencia por allí. "No sería mala idea," pensó para sí misma, con una sonrisa fugaz, "vivir en un lugar tan tranquilo y seguro. Este tipo de urbanización no se ve todos los días."

Antes de que pudiera profundizar más en sus pensamientos, la voz firme de Caspian la devolvió bruscamente a la realidad:

—No te acostumbres a vivir en estos lugares. Muy posiblemente nunca podrás vivir en esta zona. Recuerda que solo estarás aquí un mes, así que disfruta tu estadía y, por favor, no me causes problemas.

Sara giró hacia él, sorprendida por su tono condescendiente, pero rápidamente recuperó la compostura. Sonrió como lo haría una dama bien educada, aunque sus palabras fueron cargadas de una tranquila ironía.

—Gracias por la hospitalidad, señor Hilton. No se preocupe, no lo interrumpiré. Es más, ni siquiera notará que estoy aquí. Además, un mes pasa rápido, ¿no cree?

Caspian se detuvo y la miró con un leve gesto de desprecio. Esa actitud cortés le resultaba insoportablemente falsa. Con una risa burlona, respondió:

—Eres demasiado ingenua, señorita Cosette. Eso es lo que me irrita de la gente como tú. Se nota que no tienes idea de cómo funciona realmente el mundo.

Sara no respondió. En lugar de eso, mantuvo su sonrisa intacta, como si sus palabras no hubieran hecho mella alguna. Esa indiferencia, sin embargo, parecía irritar aún más a Caspian, quien se giró y empezó a caminar hacia la entrada sin esperarla.

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