



Capítulo 8
ESTEFAN'S POV
Parado frente al espejo para arreglarme la corbata, gruñí al no poder hacerlo bien. En el palacio, siempre dependo de mi hermano menor, Esteban, para que me haga el nudo de la corbata. Ha estado tratando de enseñarme cómo hacerlo yo mismo durante los últimos siete años, pero nunca presté atención ya que siempre estaba allí para hacerlo por mí, lo cual lamentaba en ese momento.
Después de intentar por más de treinta minutos, me rendí y tiré la corbata sobre mi cama junto a mi teléfono, que no ha dejado de sonar desde que me desperté.
Desde la cita para almorzar, Leah no ha dejado de llamarme. Ignoré sus llamadas para que entendiera que no quería hablar con ella, pero no dejaba de llamar. Hablar de desesperación.
Un suspiro escapó de mis labios cuando el teléfono dejó de sonar y me detuve de golpear el espejo frente a mí por frustración cuando el teléfono sonó de nuevo. Revisé la pantalla del dispositivo y exhalé al ver que era mi hermano llamando.
—Hola, hermano mayor —gritó mi hermano cuando contesté el teléfono.
—¿Qué quieres? —Puse el teléfono en la mesa de tocador y lo puse en altavoz.
—¿No pudiste llamar una vez para ver cómo estaba? ¿No me extrañas para nada?
—No. —Mentí mientras me arreglaba el cabello frente al espejo.
Esteban era el mejor hermano que podría pedir, había sido tan amable y acogedor desde el día que entré al Palacio sin importar que yo fuera su medio hermano. Se encargó de molestarme todos los días con su boca que no podía cerrar. No podía mentir que no lo extrañaba mucho desde que nos separamos de España, pero de ninguna manera se lo diría y dejaría que se le subiera a la cabeza.
—¿En serio? Estoy seguro de que te lo estás pasando bien haciendo el nudo de tu corbata tú solo. —Se rió.
—Si no tienes otra cosa que decir además de burlarte de mí, colgaré ahora.
—No, no, espera. Llamé por algo importante. —Gritó al dispositivo.
—Empieza a hablar.
—La cosa es que pensé que habías ido a Londres con papá para ayudarlo con el trato de Knight Tech, pero me parece que tenías otra misión para tu visita allí.
—¿Qué tonterías estás diciendo? —Fruncí el ceño.
—No me digas que no te diste cuenta de que tú y esa modelo británica han estado siendo tendencia en las redes sociales desde esta mañana.
—¿¡Qué?!
—Todos están asombrados de que el príncipe frío español, que nunca ha sido visto cerca de ninguna mujer, mucho menos saliendo con una, de repente fuera atrapado teniendo una cita para almorzar con una de las modelos británicas más calientes, Leah Knight. Eso solo es suficiente para causar un alboroto en internet.
—No me importa, que piensen lo que quieran. Tomé mi teléfono cuando terminé de arreglarme el cabello y salí de la habitación sin la corbata.
—Dime algo, ¿qué está pasando entre ustedes?
—Nada.
—No me vengas con eso, hermano. Ella debe ser especial para ti, por eso la llevaste a una cita.
Me detuve en seco y exhalé. —Primero, ella me invitó y no quería avergonzarla rechazándola. Segundo, no entiendo por qué la gente concluye que dos personas están juntas solo porque salieron una vez, eso es estereotipar.
—Tienes razón, lo siento, pero si pasa algo entre ustedes, quiero ser el primero en saberlo.
Colgué la llamada sin responderle. Mi padre salió de su suite justo cuando yo salía de la mía. Incliné la cabeza en señal de saludo. —Buenos días, Padre.
Él me dio una palmada en el hombro mientras nos dirigíamos al ascensor con los guardias reales detrás de nosotros. Al llegar al primer piso, salimos del edificio donde un coche sedán negro nos esperaba. Nos sentamos dentro del coche y el conductor nos llevó al edificio de Knight Tech.
—Estefan —llamó.
—Sí, Padre.
—¿Qué piensas de las hermanas Knight? —Volteó su atención hacia mí.
—¿Qué? —Le di una mirada confundida.
—Creo que ambas son hermosas, bien educadas y de buen carácter, y me preguntaba si podríamos casar a una de ellas con nuestra familia.
—¿Estás tratando de preguntarme si está bien que tomes otra esposa?
—¡¿Qué?! —Me miró con incredulidad. —¿Qué haría yo con otra esposa a esta edad? ¿Por qué pensarías en algo tan ridículo? Incluso esas chicas nunca aceptarían casarse con un viejo como yo. —Me fulminó con la mirada.
—Lo siento. —Bajé la mirada.
—Lo preguntaba por ti. Creo que ya es hora de que te establezcas y te cases. Lo he retrasado demasiado y no quiero perder más tiempo.
—Papá, ¿qué es exactamente lo que quieres?
—Quiero que te cases con una de las hermanas Knight.
Mi padre me había estado presionando con el tema del matrimonio desde que cumplí veintitrés años y tuve que aceptar casarme con cualquier chica que él eligiera para mí, siempre y cuando no me irritara. Pero él afirmaba que no había encontrado a la chica perfecta para mí, lo cual era bueno para mí porque no estaba listo para casarme. Pero decidí cambiar de opinión ya que las hermanas Knight estaban involucradas.
—Está bien, lo haré. Pero con una condición, yo elijo con cuál de ellas quiero casarme.
—Por supuesto. Hablaré con Charles al respecto antes de firmar el acuerdo. —Sonrió y yo asentí.
Todo ya estaba cayendo en su lugar sin que yo tuviera que hacer nada. Eso debería ser una buena señal, ¿verdad?