Capítulo 64.

Karen y Michael regresaron al departamento, mientras el ascensor subía, el ambiente se cargó de electricidad, él la miraba con una ternura infinita pero a la vez tenía un brillo en sus luminosos ojos que delataban la emoción que estaba experimentando en ese momento, por supuesto, ella correspondía a tal emoción, y no le resultaba nada fácil tener a ese apuesto hombre tan cerca de ella.

—has estado muy callada todo el camino, Karen, y eso no es normal en ti, puedes confiar en mí, y si hay algo que te preocupa, seré el primero en querer ayudarte —preguntó el joven con voz aterciopelada.

Sus palabras fueron como un bálsamo para el corazón afligido de Karen, sentía una profunda preocupación y no solamente por lo que había descubierto, sino porque su amiga y su pareja ahora estaban corriendo peligro, pues sólo dios sabía lo que aquellos infelices estaban tramando en su contra.

—esas tres personas que vimos en el restaurante le han hecho mucho daño a Helena , mi mejor amiga, una de las mujeres fue prometida del hombre con el que ella se casara, el tipo siempre estuvo detrás de ella, y la otra mujer, es una desvergonzada, seguro estos dos le pagaron para que entrara a la empresa para intentar seducir a Maximilien—expresó furiosa.

—entonces por lo que me dices ellos estaban coludidos, pero qué barbaridad, existe tanta gente mala en este mundo, pobre de tu amiga, si es como dices tendrás que ponerla sobre aviso —aconsejó Michael.

—Quisiera hacerlo, pero ella está embarazada y me da miedo que una impresión como está pueda causarle algún daño —señaló.

—¿Entonces porque no hablas con su marido?, él ha resultado tan afectado como ella en este asunto, así que lo lógico sería que lo supiera —.

—efectivamente Michael, mañana mismo hablaré con él, debe estar enterado para que tome cartas en el asunto —exclamó.

—trata de estar tranquila, con la llegada de un nuevo día todo se verá mejor —le dijo acercándose un poco más a ella.

Con su tacto, Karen sintió que la electricidad le recorría de pies a cabeza, ese hombre irradiaba un magnetismo espectacular, y su cuerpo se sentía tan vulnerable al sentir la proximidad de esas manos, de esa presencia masculina que llenaba todo el ambiente.

—Creo que el ascensor ha llegado a su destino —dijo ella con vos titubeante.

—eso veo, pero desearía que se detuviera durante toda la noche —contestó.

Ella le dedicó una cálida sonrisa, y él le ofreció su brazo para salir juntos del elevador. Entraron al departamento y se sentaron frente a frente en el comedor, ella le ofreció una copa y tomó otra, y la conversación se fue tornando cada vez más interesante, los dos tenían muchas cosas en común, y si en el pasado fueron grandes amigos, esa vez probablemente pudieran llegar a ser algo más.

—ha sido una velada increíble, pero creo que ya es hora de irnos a dormir, digo, de qué tú te vayas a tu casa y yo me duerma, bueno, tú me entiendes, seguro son los estragos del vino que ya me está haciendo efecto —Balbuceo ella

El soltó una sonora carcajada, Karen estaba más ebria que cualquier otra cosa, pero él era todo un caballero, así que la ayudó cuando empezó a tambalearse.

—lo siento, creo que he bebido mucho —dijo casi en un susurro.

—Déjame prepararte un café bien cargado para que se te baje tremenda borrachera que traes —propuso.

—no es necesario, necesito dormir, eso es todo, muchas gracias por esta noche, Michael, me la he pasado increíble —dijo ella sinceramente.

—no tienes nada que agradecer, yo he sido el más feliz, esta noche, he disfrutado mucho de tu compañía y de nuestro reencuentro, deseaba tanto volver a verte, no te imaginas cuánto —musitó.

—Eres un tipazo, como no te encontré antes —contestó ella con vos prácticamente inaudible.

Él estaba obnubilado por la belleza y espontaneidad de Karen, lo hechizaba su forma de ser, así que no pudo resistirse y se unió a ella en un beso ardiente, en ese momento estaban tan prendidos por el ambiente, que se estaban dejando llevar, pero el haciendo uso de todas sus fuerzas, se retiró a tiempo.

—no, hermosa, no quiero que las cosas sean así, cuando estés en tus cinco sentidos hablaremos, pero me encantó lo que acaba de pasar, de eso no tengas duda —le dijo.

Ella estaba en shock, embriagada por la pasión que sentía y por los estragos de la bebida, él se marchó cerrando la puerta tras de sí  y Karen se quedó ahí, perdida en sus pensamientos hasta que se quedó dormida en el sillón de su casa.

A la mañana siguiente, Helena se levantó muy temprano, ella sería la única que tendría acceso a la habitación de su madre, y era mejor que se preparara para asumir la misión, que esperaba trajera grandes avances en la recuperación de Carolina.

—señora Helena , su desayuno está listo, el doctor ya ha llegado y hoy mismo comenzarán con el tratamiento para la señora Carolina —le informó el gentil mayordomo.

—ya casi estoy lista, Bruno, pasa y deja la charola sobre la mesita de noche, por favor —dijo ella

El asintió y entró a la habitación dejando la charola con la comida y después se marchó. Una vez terminar de desayunar, sus abuelos la esperaban en la sala, pues querían hablar con ella antes de qué ingresara a aquella habitación.

—por lo que nos ha informado el doctor, el tratamiento será bastante extenuante, hija, y en tu estado no sabemos qué conveniente pueda resultar todo esto, así que si decides no estar presente, lo entendemos perfectamente —señaló el abuelo.

—estoy muy bien, no se preocupen por mí, me he sentido mejor que nunca y estoy lista para ayudar a mi madre a salir de esto, terminaremos el tratamiento y estoy segura que dentro de poco estaremos celebrando sus efectos—exclamó completamente decidida.

—yo estaré lista para relevarte, no puedes pasar tantas horas allá dentro, necesitas descansar por periodos de tiempo, eso fue lo que recomendó el doctor, y así lo haremos —indicó la abuela Victoria.

—como tú digas abuelita, lo haré también por mis hijos —.

—Vayamos ahora, y que Dios nos ayude para que podamos salir victoriosos de todo esto —dijo el abuelo.

Se disponían a avanzar cuando el teléfono celular de Helena comenzó a sonar, vio en la pantalla que se trataba de Maximilien, por lo que decidió contestar.

—hola amor, qué bueno que me llamas, no hubiese podido contestarte si lo hacías después, hoy comenzará el tratamiento de mi madre y debo estar con ella todo el tiempo, las visitas serán restringidas a partir de ahora debido a lo que sucedió ayer —le contó ella.

—entonces me da gusto haberlo hecho, por favor, pequeña, cuídate mucho y trata de no alterarte, recuerda que llevas tres vidas dentro de ti y es necesario que te mantengas tranquila —le aconsejó.

—no te preocupes, todo estará bajo control, y yo seré fuerte por todos nosotros —le dijo con vos tranquilizadora.

Ellos se despidieron y después Helena ingresó al cuarto de su madre, allá el doctor la esperaba y le explicó cuál sería el procedimiento que seguirían en el tratamiento.

—señora Helena , este tratamiento se realizará con una serie de estímulos, en principio se trabajará en forma psicológica, evocando recuerdos y vivencias, tal vez alguno de esos recuerdos, o experiencias puedan afectarla directamente a usted, por lo que debe ser fuerte —le explicó.

Ella respiro profundo, sabía que lo que le esperaba no sería nada fácil, pero debían arriesgarse, no podía permitir que su madre siguiera marchitándose en esa cama sin que nadie pudiera hacer nada por ayudarla, llevaba 20 años así, y no era justo que siguieran perdiéndose años valiosos que bien podrían compartir.

Karen llegó a la oficina, tenía una cara de haber dormido muy poco, los ojos hinchados y un fuerte dolor de cabeza, secuela de una resaca terrible por haber bebido tanto. Maximilien ya había llegado desde hacía un rato, por lo que Karen decidió aprovechar que la mañana estaba un poco tranquila para abordarlo y contarle lo sucedido en el restaurante.

—puedo pasar —preguntó ella.

—claro Karen, pasa —contestó.

—lo qué tengo que decirte es algo muy delicado, no sé por dónde comenzar —señaló.

—Primero cálmate, y te sugiero que empieces por el principio, siéntate por favor —sugirió el.

—anoche estaba cenando en un restaurante y me encontré a tres personas indeseables, los conoces muy bien, Maximilien, una de ellas era Diana, tu prometida, la otra, Elena, la mujer que trabajaba aquí en la empresa hasta hace poco, y el otro era Toni, podrás imaginarte lo que todo eso significa —relata ella.

—malditos infelices, no me extraña su proceder, pero esa alianza pudo haber sido peligrosa si no la descubres, gracias por decírmelo, y no te preocupes, hasta ahora les duró su jueguito, yo me encargaré de cada uno de ellos —contestó.

—seguramente Toni y Diana estaban coludidos desde hace mucho tiempo, y le pagaron a Elena para que ingresara a la empresa para seducirte —enfatizó.

—claro, ahora entiendo su proceder, tantas atenciones, me parecía excesivo todo lo que hacía —.

—yo muchas veces la enfrente por defender a Helena , no me gustaba la manera en la que ella se comportaba contigo, incluso se lo comenté a mi amiga en repetidas ocasiones, pero ya la conoces, a ella no le gusta interferir en tus asuntos de trabajo, siempre tuve un mal presentimiento respecto a ellos, Maximilien, y ahora lo que me preocupa es lo que estén planeando hacer —puntualizó.

—no harán nada, me encargaré de ellos, el golpe les llegará de donde menos lo esperan, jamás permitiré que toquen a Helena y a mis hijos —dijo contundente.

—me quedo más tranquila entonces, por favor, Maximilien, no bajes la guardia —le sugirió.

El asintió, Karen se despidió y se fue a ocupar su escritorio, tenía mucho trabajo por terminar, la campaña de lanzamiento estaba cerca y era necesario concluir algunos diseños que se utilizarían en la presentación. Mientras tanto, Maximilien, le pidió a Rachel que fuera a su oficina, necesitaba saber de dónde había salido Elena, y cómo fue que logró ingresar a la compañía de los Baker.

—¿Quién contrató a esa mujer?, Rachel —preguntó bastante molesto.

—la señora Ema la recomendó, señor, pensé que usted estaría de acuerdo, después de todo es su madre, y no pensé que traería a alguien que fuera a causar algún tipo de problema, incluso se lo comenté al señor Gregory, quien por cierto me pidió que la despidiera inmediatamente —le contó la amable asistente algo preocupada por cómo se estaban dando los acontecimientos.

—escúchame bien, Rachel, a partir de este momento, no se contrata a nadie si yo no reviso primero sus antecedentes, su perfil, y todo lo que tenga que ver con el nuevo personal, ¿quedó claro? —Ordenó el.

Ella asintió, estaba muy preocupada, pues en tantos años trabajando para la compañía, jamás había sucedido algo como eso.

—¿Hay algún problema con esa mujer señor? —Preguntó.

—al parecer trabaja con personas sin escrúpulos, así que también Diana tiene prohibida la entrada a esta empresa —indicó.

Una vez que él hubiese tomado las precauciones necesarias para proteger a su familia y al personal de la compañía, Maximilien se apresuró a darle indicaciones a su abogado para que terminara con la sociedad con la familia de Diana, y una vez que todos los documentos estuvieron listos, tomó el teléfono y llamó a la mujer para demostrarle que con el nadie juega. Cuando el teléfono móvil de Diana empezó a sonar, se quedó petrificada al ver en la pantalla del móvil de quién se trataba. Lo tomó y deslizo la pantalla y contestó con vos temblorosa.

—Maximilien, cariño, que sorpresa —dijo con vos casi inaudible.

—esta no es una llamada de cortesía, Diana, únicamente es para decirte que ya descubrí su juego, sé perfectamente que infiltraste a una persona en mi empresa quién sabe con qué obscuros propósitos, te advertí que no te metieras conmigo, y mucho menos con Helena , porque de lo contrario tendrías que asumir las consecuencias, te atreviste a desafiarme y ahora te arrepentirás por ello, dile a tu padre que doy por terminada nuestra sociedad —espetó completamente enfurecido.

Instantáneamente Diana perdió el color de su rostro, le empezaron a temblar las manos y se llenó de rabia.

—tú no puedes hacer eso, Maximilien, existe un contrato de por medio y hay una penalización cuando alguna de las partes incumple —le dijo con vos amenazante.

—no sigas provocándome, Diana, me conoces y sabes de lo que puedo llegar a ser capaz cuando me desafían, más te vale que aceptes lo que te estoy diciendo, o me veré obligado a tomar peores acciones, estás advertida, ni se te ocurra seguir con tu estúpida alianza con el infeliz de Toni y la mujercita esa a la que contrataron quién sabe con qué fin —le dijo y después cortó la comunicación.

—te vas a arrepentir, maldito, te voy a destruir, a ti a tu familia, te lo juro —gritaba Diana completamente fuera de control.

Las máscaras estaban empezando a caer una a una, ahora Maximilien sabía perfectamente lo que podía esperar de cada persona a su alrededor, por lo que no pensaba permitir que lo tomaran desprevenido. Las sesiones con la madre de Helena comenzaron, el psicólogo empezó por relatarles algunas experiencias que ella había tenido en el pasado, lo primero que tenían que averiguar, era si existía alguna reacción, algún reflejo, o emoción por parte de Carolina, de esa forma, podrían seguir adelante con el tratamiento.

—Carolina, si nos estás escuchando, te pido que busques la manera de comunicarte, si puedes mover tus ojos, hazlo una vez para saber que escuchaste todo lo que acabo de decir —dijo el médico.

Esperaron algunos segundos, pero no obtuvieron respuesta, Helena se decepcionó, con ella su madre siempre había buscado la manera de comunicarse, y no entendía el retroceso, porque ahora las cosas estaban siendo diferentes.

—no te angusties, Helena, es normal que sucedan este tipo de cosas, los pacientes no siempre reaccionan a la primera —le explicó el doctor.

—¿Pero no entiendo porque no lo hace?, conmigo ha movido sus ojos, su mano, e incluso la he visto llorar —decía ella tratando de encontrar una explicación.

—te he dicho que no te preocupes, sigamos adelante con la segunda fase del plan —acotó el doctor.

El tratamiento médico había entrado en acción, era cuestión de esperar para saber si evolucionaba correctamente o no, eran muchos años los que Carolina llevaba sumida en ese letargo, por lo que sólo Dios sabía si tendría la oportunidad de despertar para poder continuar con su vida.

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