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El lujoso BMW i8 dibujó una curva y se detuvo en la puerta de la residencia de los Miller.

El sonido de las cajas y el embalaje recibió a Carolyn en la entrada de su casa tan pronto como se abrió la puerta. Varios empleados de servicio se movían de un lado a otro.

-¿Qué está pasando aquí? -ella entró en pánico mientras miraba todas las cajas.

-Sube y empaca tus cosas, no tenemos mucho tiempo -dijo su madre Lisa mientras atendía una llamada telefónica. No le dedicó ni una mirada a su hija.

-Mamá, ¿qué está pasando? -Carolyn preguntó entrando en pánico. Ella no sabía dónde iban. ¿Qué pasa con su universidad y su pasantía, su novio?

Su padre bajó las escaleras y dijo: -Querida, estamos pasando por una crisis con los negocios de este país y tratamos de asociarnos con los Harrison para ayudarnos a levantarnos nuevamente. El hijo de Andrew Harrison quería casarse contigo a cambió, pero como no quieres eso, solo tenemos que hacer lo que tenemos qué hacer.

Carolyn estaba perdida. Sus padres siempre le proporcionaron todo lo que quería, entonces, ¿cómo podía saber que su negocio estaba sufriendo? Además, no lo mencionaron en la mañana cuando le contaron sobre el matrimonio arreglado.

-Si los negocios estaban sufriendo, ¿por qué no lo supe antes?

Su padre suspiró y la miró con ojos lastimeros, sus manos descansando sobre sus hombros.

-Tienes universidad y no queríamos agobiarte. Desafortunadamente, has ofendido a quien no debías de ofender, has sido expulsada de la universidad. Los Harrison son los dueños principales y con eso también se ha retirado tu expedientes de estudios.

Carolyn sintió que había sido golpeada por una plaga.

-¿Entonces adónde vamos?

-A Italia. Manejare los negocios de allí. La ciudad es buena allí y el clima también -dijo su padre con calma.

Él nunca le mintió antes, así que ella le creyó, pero, de nuevo.

-Papá, hemos vivido aquí desde que tengo memoria. Toda mi vida está aquí, mis amigos y mi... ¿Puedes arreglarlo? Aún no lo hemos perdido todo -ella preguntó desesperadamente.

Su padre la llevó al sofá dos en uno y se sentaron mientras él le explicaba las cosas.

-No me di por vencido. Sabes que lo Harrison jamás nos dejara en paz, una vez que lo hayan ofendidos, no poder seguir con los negocios aquí, ellos me atacaran una y otra vez hasta vernos sin nada. No tomare riesgos y perderlo todo. Lo siento, pero tenemos que estar allí, hasta que las cosas mejoren -dijo con tristeza.

Carolyn estaba inquieta.

-¿No hay una manera?

-Los Harrison. Estaban dispuestos a ayudar, pero el Sr. Andrew llamó para cancelar todo, hace unas horas. Dijo que su hijo Aarón ya no estaba interesado en casarse contigo. Hicimos nuestro mejor esfuerzo, Carolyn, pero esta es la realidad.

Carolyn entró en pánico por la culpa. ¿Cómo podía saber que los arreglos de sus padres eran tan importantes para el negocio? También tenía curiosidad por saber si Aarón expuso su mal comportamiento ¡Joder ella prácticamente destrozó su lindo auto, en su arrebato! Y eso fuera poco ella lo desafío. Siempre se mantuvo reservada y encerrada en su caparazón, por lo que lo que hizo hoy fue impensable.

-¿Dijo la razón por la cual su hijo rechazó el matrimonio?

-No. Solo dijo que Aarón no estaba listo para hablar de eso.

Carolyn sabía que tenía que buscar la ayuda de Jeremy su novio por todos los medios.

-Creo que sé por qué. No te muevas. Yo arreglaré todo -dijo, poniéndose de pie y corriendo escaleras arriba.

La pareja de media edad intercambió miradas divertidas.

-¿Crees que funcionará? -Lisa le preguntó a su esposo, Ronald, colgando la llamada.

-Parece haber funcionado -sonrió con aires de triunfo.

-Este parece ser un mejor enfoque. Temprano esta mañana, la estábamos forzando y ella no estuvo de acuerdo. ¿Y por qué se te ocurrió lo de la universidad? Eso no era parte de eso -preguntó Lisa con curiosidad.

Ronald respondió. -Se llama pensar fuera de la caja.

-Entonces, ¿Ordenó llevar las cajas? -miró las cajas vacías que los empleados habían puesto alrededor de la sala.

De hecho, si el plan no funciona, tendrían que trasladarse a un lugar donde pudieran conseguir mano de obra barata, hasta que su hija se convenciera que la única solución era casarse con los Harrison.

-No, no, no. No hasta que recibamos otra llamada del Sr. Andrew Harrison -dijo Ronald con seriedad.

Los Harrison han sido los gurús de los negocios durante décadas junto a los Miller y Andrew era un hombre muy bueno. Ronald estaba seguro de que su hija estaría a salvo con Aarón ya que su padre amaba mucho a su madre.

Aarón nunca fue visto ni escuchado de mujeriego o con ninguna mujer, por lo que sabía que había tomado la decisión correcta al aceptar el arreglo. Después de todo no había nada mejor que unir ambas familias prósperas con un matrimonio.

Mientras tanto en su habitación, Carolyn llamó a Jeremy por videollamada, quien respondió al instante y al ver el rostro lloroso de Carolyn y sus preciosos ojos verdes rojos e hinchados, su corazón se hundió. Sabía que Aarón estaba tramando algo.

-¿Qué pasó?

Carolyn le narró todo entre lágrimas. Cuando terminó, Jeremy maldijo.

-El hijo de puta.

-¿Qué hago, Jeremy? No quiero casarme con él -dijo ella entre sollozos, esperando que Jeremy la salvara de su miseria.

Una idea cruzó la mente de Jeremy al instante y una sonrisa se formó en las comisuras de su boca.

-Cásate con él -dijo.

Carolyn estaba asombrada.

-¿¡Qué!? ¿¡No me escuchaste!? Lo odio. NO QUIERO CASARME CON ÉL -gritó entre dientes.

-Pero no puedes dejar que tus padres se marchen, perdiendo todo lo que han hecho aquí por años. Eres su única hija y no puedes fallarles.

-Tienes razón, pero ¿vas a romper conmigo? -preguntó Carolyn.

«Si Jeremy la amaba, ¿por qué le pediría cómodamente que se casara con Aarón? No tenía sentido para ella»

-No. El proyecto está hecho en un cincuenta por ciento. Tan pronto como esté terminado, vendré y pagaré todo lo que los Harrison invertirán. En ese momento, puedes solicitar el divorcio y también irte con el cincuenta por ciento de su riqueza -reveló Jeremy.

Como no podía ayudar en este momento, aún podía aprovechar la situación. Si Carolyn obtuviera el cincuenta por ciento de la riqueza de los Harrison, podrían combinar sus recursos a través del matrimonio y convertirse en trillonarios.

-No quiero su dinero. No quiero casarme con él. Te quiero a ti -lloró Carolyn.

Jeremy ignoró su estado de ánimo. «Un día, se daría cuenta del sentido de su consejo»

-Esto es lo que tienes que hacer. Cásate con él, pero hazlo miserable. Haz que se arrepienta y deja que sea él quien pida el divorcio.

Carolyn se congeló y pensó en el consejo de Jeremy. Era una forma perfecta de escapar y no tendría nada que perder.

-Creo que puedo hacer eso.

-Una cosa más -dijo Jeremy.

-¿Qué es eso? -preguntó Carolyn preocupada. Sus mejillas estaban sonrojadas y su cabello rojo hecho un lío, pero en vez de verse desagradable, era todo lo contrario se veía adorable.

-No tienes permitido darle tu cuerpo a él. Eres mía. ¿Entiendes eso? -preguntó Jeremy con seriedad. No podía decirle la razón principal por la que no podía acostarse con Aarón, nunca.

-Por supuesto. Nunca lo haré feliz. ¡Inventaré excusas! Se dará por vencido -estuvo de acuerdo Carolyn. El único al que le daría su cuerpo sería a Jeremy.

-Esa es mi chica. Ahora sécate esas lágrimas y ve a buscarlo. Haz que la disculpa sea sincera, para que no sospeche nada.

-Está bien, Jere, te amo -dijo Carolyn con nuevas esperanzas.

-Yo también te amo -dijo Jeremy, satisfecho. Sabía que Aarón nunca podría ganarle, incluso si usaba un atajo.

Cuando Jeremy colgó, su ira ardía tanto que no pudo evitarlo. Tomó su teléfono y marcó un número. Sonó, pero no hubo respuesta.

-Está bien Aarón, sigue corriendo. Te arrepentirás de tener ojos para mi chica -murmuró y agarró su teléfono con fuerza.

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