46- Un buen lugar para nadar

Sé que al menos debería permitirme saludar a las personas que, desde las gradas, me están apoyando y acompañando en este paso tan importante, pero el miedo que me da encontrarme con el rastro de su sonrisa o el brillo en sus ojos me lo impide. Es un debate que estalla dentro de mí de la misma manera...

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