LA SUPRESIÓN

Amelia se sentía un poco más ligera después de llorar. La señora Thompson la apoyaba. Amelia estaba sentada en el suelo, llorando. Pero ahora estaba un poco más compuesta. Su rostro estaba hinchado, y sus ojos y nariz estaban rojos de tanto llorar.

Amelia pensaba para sí misma —¿Quién trata a algui...

Login to Unlock ChaptersPromotion