—¿Qué gano si me caso contigo?

—Si te casas conmigo, puedo ayudarte a lidiar con tu familia descarada con una condición.

—¡TIENES QUE DAR A LUZ A UN HIJO VARÓN DENTRO DE LOS NUEVE MESES DEL CONTRATO!

—NO TENGAS MIEDO. OBEDECE MIS REGLAS, COMPLETA EL PLAZO, DAME UN HEREDERO Y ESTARÁS BIEN.

—¿Y SI NO LO HAGO?

—ENTONCES HABRÁ CONSECUENCIAS CELESTIALES.

Hace nueve años, Zhang Meiyin, una modelo muy conocida, cayó drásticamente en su ruina cuando descubrió que su tío era su padre BIOLÓGICO. Toda su vida y carrera se desmoronaron y su vida se convirtió en la de una damisela en apuros sin su príncipe valiente para salvarla.

Su imagen como modelo, EVA, le fue robada y juró vengarse cuando descubrió que ellos fueron los principales responsables de la muerte de su madre.

Unos años después, se topa con un rey del inframundo, distante, frío, brutal y despiadado, y duerme con él.

Para poder lidiar con su familia descarada, se compromete en un contrato matrimonial con el Rey, y a cambio, debe darle un hijo. Firma un contrato con él y acepta darle un HIJO VARÓN dentro de los nueve meses de su contrato matrimonial. ¿Qué pasará cuando dos fuerzas fuertes y opuestas se unan por un matrimonio contractual? ¿Qué pasará cuando su matrimonio se base en beneficios y no en amor?

—TE ODIO pero no puedo dejar de AMAR al monstruo en el que te has convertido.

—Huye y destrozaré toda la galaxia, romperé todas las montañas, partiré todos los océanos y mares, apagaré el fuego ardiente y enterraré a quienes se interpongan en mi camino solo para encontrarte, porque sin ti no soy nada.


Un heredero para el multimillonario CEO


Valerie cojeaba detrás de Gabriel mientras él abría la puerta del coche para entrar. Ella lo empujó dentro del coche y se inclinó sobre él.
—Mira, jovencito, no soy tonta. Ahora discúlpate conmigo, ahora mismo —insistió Valerie mientras lo pateaba hacia el coche.
—Lo haré si entras al coche.
—Es...


Valerie cojeaba detrás de Gabriel mientras él abría la puerta del coche para entrar. Ella lo empujó dentro del coche y se inclinó sobre él.

—Mira, jovencito, no soy tonta. Ahora discúlpate conmigo, ahora mismo —insistió Valerie mientras lo pateaba hacia el coche.

—Lo haré si entras al coche.

—Es...

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