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Prólogo
01 - ¡Era él; era el hombre misterioso de la noche anterior!
02 - Quiero que se repita.
03 - Anoche fue... Es demasiado intenso para no repetirlo. Solo quiero estar contigo una vez más.
04 - Ser intenso...
05 - Quiero besarte; ese es el deseo que siento cada vez que miro tu deliciosa boca.
06 - Quiero saborear tu miel. Ese es mi postre.
07 - En ese momento, enviamos la decencia y el autocontrol al infierno.
08 - Dejemos que suceda...
09 - Nuestro sexo es perfecto.
10 - Es una mujer jodidamente genial.
11 - Estás bromeando
12 - ¿Crees en el destino?
13 - No puede volver a suceder. Lo siento
14 - Me temo
15 - Me niego a creer que se burló de mí.
16 - Estoy aquí para ayudarte a sanar todas tus heridas.
17 - ¿Qué puedo hacer si soy tan jodidamente intenso?
18 - No sabes lo que siento al ser responsable de tu primer chorro.
19 - ¡Isabela me va a volver loca!
20 - Día de entrenamiento.
21 - Crisis de celos.
22 - Relájate y disfruta de mi polla caliente.
23 - Sonrió y mi corazón se calentó por completo.
24 - Día del partido.
25 - Logras que me enamore aún más de ti cada día.
26 - Contigo, veo lo sencillo que es gustar a alguien y que una relación no tiene que ser problemática para ser real.
27 - Podría ser mejor si pusieras a trabajar esa boquita tan caliente que tienes.
28 - No perdí nada, pero tú sí. No fue falta de amor, fue falta de carácter.
29 - Mentir no reduce el sufrimiento, lo triplica.
30 - Nadie toca a mi mujer.
31 - Mis pensamientos son tuyos.
32 - Te quiero.
33 - Ahora voy a besarte y a cuidarte como te mereces.
34 - Siempre me diste mitades, y mi error fue pensar que podía estar entero contigo.
35 - Luchando.
36 - Distanciamiento.
37 - ¡¡¡Necesito una respuesta!!!
38 - No te quiero, Noah.
39 - Me encanta la decepción.
39 - ¡El amor es una droga!
41 - Formación
42 - Parece...
43 - «Eres mi perdición. Mi ruina. Mi caos.
44 - «Te voy a follar tan bien que no querrás volver a dejarme».
Isabela. Todo mi maldito mundo.
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16 - Estoy aquí para ayudarte a sanar todas tus heridas.
POV ISABELA
Sus manos suben por el costado de mi muslo hasta mis caderas, donde me aprieta, mirándome a los ojos.
“¿Quieres hablar ahora?” preguntó a centímetros de mi boca. Lo miré a los ojos y bajé la mirada a su boca, que estaba entreabierta. ¡Dios, qué boca tan hermosa!
“¿Podemos hacerl...
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