Capítulo 5 - Extraños en la noche, parte 1

"Pequeñas cosas que debería haber dicho y hecho

Nunca me tomé el tiempo

Siempre estuviste en mi mente

Siempre estuviste en mi mente"

Elvis Presley - Always On My Mind

Capítulo 5 - Extraños en la Noche

John

Acababa de regresar de Francia cuando mi padre me presentó su escritorio. En ese momento, Marilyn era pelirroja y mucho más gorda de lo que es hoy.

Cuando la conocí, confieso que me encantó su sonrisa y la forma en que irradiaba autoconfianza. Marilyn era muy diferente de las mujeres que conocía. No tenía el cuerpo de una modelo o una actriz, pero era inteligente y muy educada. Un verdadero enigma.

Podríamos haber vivido un romance, pero mi padre me dijo que quería que fuera como ella, dedicada y comprometida. Él, mirándome a los ojos, tuvo el valor de decir que la prefería como hija. Marilyn valoraba la revista de mi madre más que yo. No fue difícil crear una cierta aversión por la chica rellenita desde ese día. No entendía cómo pudo haberme robado mi lugar. Después de irme, me sumergí en una vida de lujuria y excesos. Cada día me aseguraba de estar con una mujer diferente y desfilar con bellezas para que todos supieran con quién estaba.

Estaba firme en mi propósito, hasta que regresé y me encontré con una Marilyn devastada en el apartamento de mi padre. Luego tuvimos nuestros desacuerdos y cambié el código del apartamento y puse todos mis autos en los espacios de estacionamiento, pero al entrar a la cocina y verla en shorts diminutos, eso me desarmó. Definitivamente no era mi tipo de mujer, pero era difícil no mirar sus muslos regordetes que de alguna manera no tenían flacidez ni celulitis, lo cual debía ser algún milagro. Mi placer en molestarla era mayor que el de mirarle las piernas, y el placer solo aumentaba cuando ella respondía con sarcasmo, este pequeño juego solo aumentaba mi excitación.

El día pasó volando, y cuando cayó la noche en Nueva York, decidí salir de caza, como diría mi viejo amigo Leonard. Tan pronto como llego a 1Oak y veo la fila, algunos hombres con ropa formal y mujeres con tacones altos y vestidos cortos esperan emocionados para entrar, entonces camino directamente a través de la fila y voy a la puerta, saludando al guardia de seguridad, el interior del club ya está lleno y la música suena fuerte. Me abro paso entre la gente y voy al bar donde veo a Leonard.

"Gran hombre, pensé que no te vería." Leonard se ríe.

Leonard Lambert es mi amigo más antiguo y fiel, lo conozco desde el jardín de infancia. Es el único amigo en quien confío, crecimos juntos, nos preparamos y hasta el día de hoy mantenemos esta sociedad, lo considero como un hermano. "Pensé que la secretaria te iba a arrestar."

"Nunca, amigo, nunca." Digo estrechando la mano de mi amigo. "Decidí venir en el último minuto, necesito una bebida realmente fuerte."

"No, amigo, necesitas sexo, una mujer muy caliente para desestresarte." Dice Leonard. "Tengo una perfecta para ti."

"¿Quién? ¿Otra como esa chica morena, cómo se llamaba? ¿Beatriz?" Pregunto, antes de pedirle al barman un trago de whisky.

"Barbara, y era bastante bonita, tú eres el que le encontró defectos." Dice Leonard, tomando un sorbo del vaso que tenía en la mano.

"Mi querido amigo, esa mujer estaba loca, solo salimos una vez y ya estaba hablando de matrimonio." Tomo el vaso que el camarero me entrega. "Sabes que no quiero estar atado a nadie."

"Entonces, ¿Vivian se quedó en París y tú huiste aquí?" Pregunta mi amigo, mirándome.

"Vine por mi padre, no estaba huyendo de ella." Hablo distraídamente. "No rehúyo un buen polvo, mi relación con ella es totalmente casual."

"Realmente crees que me engañas, ¿verdad, amigo?" Leonard se ríe y se aleja del mostrador del bar. "Tengo dos mujeres esperándome, si quieres puedes quedarte con la rubia y yo con la pelirroja, ellas quieren lo mismo que nosotros, solo sexo." Miro a Leonard y termino mi bebida, me alejo del bar y sigo a mi amigo.

Eran más de la una de la mañana cuando salí del club con Patricia, la rubia de la que Leonard quería deshacerse, hasta donde sabía la mujer que se iba a casa conmigo era una modelo, su cintura delgada, pechos amplios y un trasero que me daba ideas. Cuando el taxi se detiene frente al apartamento, salgo del coche con Patricia que no deja de sonreír. Mientras entramos en el ascensor, pienso en lo que Marilyn pensaría al verme con una mujer mucho mejor que ella. Sin duda vería lo que es un verdadero filete.

Cuando el ascensor se detiene y las puertas se abren, entramos en la sala del apartamento de mi padre, escucho el ruido de la televisión, miro hacia el sofá donde Marilyn está sentada, mirando a La Chica, sensualizando en el respirador del metro, su cabello oscuro oculta su rostro y no puedo verlo.

"¿Quién es ella? No dijiste que estabas casado." Dice Patricia, rompiendo el momento, Marilyn me mira y noto un tono de irritación.

"Es nadie, vamos directo al dormitorio." Digo, sacando a Patricia de la sala, lo que siento no es una buena sensación como pensé que sería, por un momento me siento mal por Marilyn.

¿Qué demonios me está pasando?

Sin pensarlo mucho, tan pronto como entro en una de las habitaciones vacías, agarro a Patricia y pronto estamos desnudos buscando nuestro placer.

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