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—No deberías dejarme así por la mañana —dijo con un gruñido bajo en su voz.

—Solo estaba abajo —respondí mientras rodaba los ojos.

—No me ruedes los ojos.

—¿Ah, sí? ¿Eres algún tipo de maniático del control?

Su boca descendió sobre la mía, me besó hasta dejarme sin aliento y respondió con voz ro...