Capítulo 8 El abuelo expone las mentiras de la amante

Kalista se mordió el labio. Una expresión de agravio se apoderó de su rostro.

—Abuelo.

—¡Cállate! ¡No me llames abuelo! —ladró Edmund, interrumpiéndola a mitad de la frase.

Kalista se quedó paralizada. Estaba demasiado asustada para emitir sonido alguno.

Edmund se acercó a la pintura, con todo s...

Login to Unlock ChaptersPromotion