CAPÍTULO 244

El olor a ceniza se aferraba a mi ropa mientras regresábamos a la mansión. Mantenía mi brazo firmemente alrededor de la cintura de Malia, sin querer dejarla fuera de mi vista ni por un momento. La imagen de Sebastián… mi propio hermano… mirando con fría satisfacción mientras el refugio de la reina b...

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