Sesenta y uno

Justo en ese momento, Astrid estalló en carcajadas, sus risas burlonas llenando el aire. La miré, desconcertada por su repentino estallido. ¿Qué podría ser tan divertido?

—Bueno, bueno, mira a nuestros estimados líderes. Tomando decisiones que podrían rivalizar con un espectáculo de comedia. Me pre...