Capítulo 7 Ella quiere el divorcio

Pearl fue dada de alta del hospital en un día soleado. Tan pronto como salió, vio a su amiga Janetta Clark esperándola.

—¿Por qué no me dijiste que salías hoy? —preguntó Janetta, sonando tanto preocupada como un poco molesta—. Aún te ves tan pálida.

Pearl forzó una pequeña sonrisa. —No quería molestarte.

—No digas eso —bufó Janetta, girando la cabeza con molestia. De repente notó la cicatriz en la frente de Pearl—. ¿Te lastimaste? ¿Qué pasó?

Pearl tocó la cicatriz ligeramente. —Tuve un accidente en el sitio de construcción.

—¿Sitio de construcción? ¿Qué hacías allí? —preguntó Janetta sorprendida.

—Estoy a cargo del proyecto —explicó Pearl.

Los ojos de Janetta se abrieron de par en par. —¿Tú? ¿Una mujer? ¿En un sitio de construcción?

—Sí, pero puedo hacer el trabajo igual de bien —dijo Pearl con firmeza.

Janetta la miró con un atisbo de admiración. —Nunca dejas de sorprenderme. Pero, ¿Oscar sabe sobre tu lesión?

Cuando Janetta mencionó a Oscar, la expresión de Pearl se oscureció. —Lo sabe, pero no vino a verme.

—¿Por qué? —preguntó Janetta, desconcertada.

—Está con Haley —dijo Pearl con amargura.

—¿Qué? —Janetta la miró con asombro—. ¿Cómo pudo hacerte eso?

Pearl no respondió, solo bajó la cabeza en silencio. Janetta sintió una oleada de ira. —¡Te mereces a un hombre mejor!

Pearl levantó la mirada hacia Janetta. —Tienes razón. Me merezco algo mejor. Por eso he decidido divorciarme de él.

—¿Divorciarte? —Los ojos de Janetta se abrieron de par en par—. ¿Estás segura?

—Sí, estoy segura —dijo Pearl con firmeza—. No quiero perder más tiempo con Oscar.

Janetta la miró con un destello de admiración. —¡Te apoyo! Si necesitas ayuda, solo dímelo.

Pearl la miró agradecida. —Gracias, Janetta.

Pearl fue directamente a su apartamento después de ser dada de alta. Comenzó a empacar sus cosas, preparándose para dejar el lugar lleno de recuerdos.

Mientras estaba ocupada empacando, de repente sonó el timbre. Abrió la puerta y encontró el rostro ansioso de Oscar.

—¿Estás de vuelta en el apartamento? ¿Por qué no me lo dijiste? —preguntó con un tono de reproche.

—¿Por qué debería decírtelo? Si te lo digo, ¿dejarías a Haley para venir a verme? —El tono de Pearl era frío y sarcástico.

La expresión de Oscar cambió. —¿Lo sabes todo?

—Sí, lo sé todo —Pearl se dio la vuelta, sin querer ver su rostro hipócrita—. Vamos a divorciarnos.

—¿Divorciarnos? —Oscar parecía sorprendido por su petición—. ¿Estás segura?

—Estoy segura —la voz de Pearl era firme y fría—. No necesito un esposo que esté pensando en otra mujer.

Oscar guardó silencio por un momento. —Piénsalo bien.

Su respuesta sorprendió a Pearl. Esperaba que él intentara persuadirla, pero no lo hizo. Quizás ya no la amaba.

Pearl permaneció en silencio, continuando con su tarea de empacar. Oscar se quedó frente a la puerta, observando su figura ocupada, sintiendo una oleada de emoción inexplicable. Inseguro de sus propios sentimientos, se dio la vuelta y dejó el apartamento, dejando una figura solitaria detrás. Pearl continuó empacando, sabiendo que el camino por delante era largo, pero creyendo que podría lograrlo.

Olvidaría a Oscar, olvidaría este matrimonio fallido y comenzaría una nueva vida.

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