



Viejo amigo
Althaia
Estaba en mi habitación de hotel mientras me preparaba para la fiesta de compromiso de mi prima. Siempre he sido muy cercana a Cara, ya que prácticamente crecimos juntas en la misma casa, pues nuestros padres dirigÃan un negocio juntos. Para resumir, descubrà que mi padre y mi tÃo estaban al frente de una mafia, y como siempre estaban ocupados haciendo lo que fuera que hacÃan, Cara pasaba la mayor parte del tiempo conmigo y mi madre. Por desgracia, la madre de Cara murió cuando éramos niñas y mi madre la crió como si fuera su propia hija. Aparte de eso, éramos una familia bastante feliz.
O al menos eso creÃa yo.
Hay cosas que simplemente no notas cuando eres niño porque, ¿por qué lo harÃas si estás demasiado ocupado siendo un niño, verdad? Mi padre, Gaetano, siempre estaba ocupado, pero recordaba pasar tiempo conmigo de vez en cuando, no tan a menudo como me hubiera gustado, pero era mejor que nada.
Un dÃa, Cara y yo estábamos siendo curiosas como siempre y tratamos de espiar a mis padres porque parecÃa que estaban peleando. Nos escabullimos por las escaleras para tener una mejor vista y escuchar lo que estaba pasando, pero no pudimos oÃr nada.
Lo que sucedió después nos dejó a las dos boquiabiertas.
Mi madre, Jacinta, le dio una bofetada tremenda a mi padre esa noche. Nos quedamos quietas, impactadas por lo que acabábamos de presenciar antes de correr de vuelta a nuestra habitación compartida y fingir estar dormidas para no ser descubiertas.
Al dÃa siguiente, mi madre tenÃa nuestras maletas listas y nos fuimos. Recuerdo que lloré mucho ese dÃa porque Cara no venÃa con nosotras; mi madre intentó llevársela, pero mi tÃo se negó a dejarla ir. A mi madre le dolió dejar a Cara atrás de esa manera y estaba segura de que tenÃa sus razones para irse, sin embargo, la razón de eso aún es desconocida. Mi padre y yo no mantuvimos el contacto después de eso, aunque intenté llamarlo porque lo extrañaba, pero él nunca me llamó.
Nos mudamos a horas de distancia de nuestra antigua casa y me reunÃa con Cara siempre que era posible, pero se volvió más difÃcil para ella salir de casa a medida que crecÃa porque su padre se volvió extremadamente estricto. Se convirtió en un padre infernal. Siempre estaba intoxicado por el alcohol y las drogas, una mezcla muy peligrosa que lo volvÃa loco y golpeaba a Cara cuando estaba asÃ.
Decir que estaba nerviosa por estar cerca de ellos por primera vez en mucho tiempo serÃa quedarse corta. No sabÃa qué esperar y seguÃa pensando si mi padre estarÃa feliz de verme después de tanto tiempo.
—... No vomites —me dije a mà misma mientras tomaba una respiración profunda, sintiéndome nauseabunda, especialmente ahora que estaba toda arreglada.
Decidà usar un vestido largo de seda negra sin espalda con tirantes finos, el frente tenÃa un profundo escote en V que mostraba bastante de mi escote. El vestido era ajustado en la parte superior y se aflojaba un poco desde las caderas, con una larga abertura en el costado derecho que llegaba hasta la mitad del muslo. Terminé el look con un par de stilettos negros de punta abierta con correas alrededor del tobillo.
Di una última mirada en el espejo y me complació el trabajo que habÃa hecho. Mi largo y ondulado cabello castaño pesado llegaba hasta el final de mi espalda, y en el lado derecho, puse un clip con diseño de hoja de rhinestone para levantar un poco el cabello de mi rostro. Me hice un simple ahumado marrón en los ojos que complementaba bien mis ojos verdes y los hacÃa parecer más felinos.
—Vamos —suspiré para mà misma cuando terminé y me dirigà al vestÃbulo.
Cara se encargó de enviar un coche a mi hotel para llevarme a la mansión. Era mi antigua casa. Mi corazón empezó a latir un poco más rápido al pensar en estar allà después de tanto tiempo, y ver si habÃa cambiado mucho a lo largo de los años. Mi padre se consiguió una nueva esposa poco después de que nos fuéramos, e incluso tiene un hijo. No biológico, ya que era del matrimonio anterior de su esposa, pero lo trata como si fuera suyo. MentirÃa si dijera que eso no me molestaba porque trataba a alguien más como propio más que a mÃ.
Cara habÃa soltado el chisme de inmediato y dijo que mi padre habÃa bajado de categorÃa totalmente. Dijo que verÃa a qué se referÃa cuando llegara, y estaba lista para fulminar con la mirada a quienquiera que mi padre hubiera terminado casándose.
En el trayecto en el ascensor hacia el vestÃbulo, me sentÃa cada vez más nerviosa y mis manos jugueteaban con la pequeña caja de regalo que llevaba conmigo. SentÃa como si mi estómago estuviera en mil nudos, dándome dolor de estómago.
—Tranquila, Althaia. ¿Qué es lo peor que puede pasar? Es solo la familia— exhalé, tratando de calmar mis nervios.
Al llegar al vestÃbulo, las puertas del ascensor se abrieron y tomé una última respiración profunda, sosteniendo el pequeño regalo de compromiso en mis manos. No era nada grandioso, solo dos copas de champán que decÃan "Mr. Right" con un bigote, y la otra "Mrs. Always Right" con labios rojos besados. Inmediatamente me hizo pensar en Cara porque ella siempre cree tener la razón. Incluso en situaciones donde no la tiene, según ella, aún la tiene. A veces es un poco engreÃda.
Cerca del centro del vestÃbulo, me detuve en seco al ver al hombre alto de cabello rubio en un traje gris que se ajustaba a su cuerpo a la perfección.
—¡Michael!— dije sorprendida. Él se dio la vuelta y sonrió al verme.
—Althaia. Cuánto tiempo sin verte— dijo mostrando una sonrisa perfecta, enseñando sus dientes perfectamente blancos. HacÃa tanto tiempo que no lo veÃa, mi primer amor. Vaya, ahora recuerdo por qué estaba obsesionada con él. TenÃa los ojos azules más hermosos que habÃa visto, una mandÃbula marcada y una cara perfectamente afeitada. Su cabello rubio oscuro peinado a la perfección, dando el aspecto de "no me esforcé", lo que solo lo hacÃa cien veces más sexy.
De hecho, salimos cuando éramos más jóvenes. Solo que él no lo sabÃa.
Me quedé mirándolo, con la boca ligeramente abierta porque no podÃa creer lo que veÃan mis ojos.
—Vaya, Althaia, tómate una maldita foto si solo vas a quedarte mirándome as× se rió, y de inmediato sentà calor en mis mejillas. Vaya, todavÃa tiene ese efecto en mÃ.
—No te halagues demasiado, Michael. Solo me sorprendió verte aqu× reÃ, esperando que no notara mis mejillas sonrojadas.
—SÃ, bueno, escuché a Cara decir que venÃas, y que iba a enviar a alguien a recogerte. No podÃa creer que la Althaia venÃa, asà que dije que vendrÃa a buscarte— sonrió y metió las manos en los bolsillos de sus pantalones. Sus ojos recorrieron lentamente desde los mÃos hasta mi cuerpo, y luego subieron de nuevo para encontrarse con mis ojos, dándome una sonrisa perezosa en el proceso.
—No puedo decir que me arrepiento de la decisión. Estás tan impresionante como siempre, Althaia— sus hermosos ojos azules se oscurecieron un tono mientras me miraba.
—Y tú te ves tan apuesto como siempre, Michael— dije con una sonrisa mientras él se acercaba lentamente a mà con una sonrisa sexy en su rostro.
Vaya, esta iba a ser una noche larga.