Capítulo 196

En la mañana después de la luna llena, Paul volvió a casa.

Cuando abrí los ojos, en lugar de estar en mi cama, me encontré en nuestro patio privado, sentada en el regazo de mi esposo. El sol nos calentaba con su luz, y en cuanto lo vi, rodeé su cuello con mis brazos.

—¡Cariño! ¡Estás en casa!

Él me ...