46.

De repente tuve el impulso de dar la vuelta y difuminarme detrás del escritorio. Sabía que la persona que estaba al otro lado de la puerta no podría significar nada bueno. Adrián cortó la llamada que había empezado y entonces se dirigió al teléfono, faltando con su secretaria.

—¿Quién es? ¿Por qué ...

Inloggen en verder lezen