Capítulo 278: Abdicar

Incluso Celeste parecía sorprendida por eso. Ninguno de nosotros esperaba que mamá llegara tan lejos. Ni siquiera yo. Pero allí estaba ella, con las manos extendidas mientras Erica miraba boquiabierta como si no pudiera respirar.

—Miriam —jadeó finalmente—, ¿qué estás haciendo?

—Lo único que puedo h...