Capítulo 3

• • • Punto de Vista de Layla * * *

—Ella no pertenece aquí...— Quien sea que abrió la boca es interrumpido antes de que pueda terminar lo que sea que iba a decir.

—Oh, ya entiendo. Sus hermanos y su mamá te metieron ideas en la cabeza, ¿eh? Layla no es la problemática aquí, pero diviértete con eso. No respeto a un presidente que cree en una serpiente sin investigar. Adiós— Miré a Deacon, Star y Rock, sus rostros tensos de ira, reflejando el mío.

Asentí a Star, quien no dudó. Salió furiosa, sus botas golpeando las escaleras, y la escuché desatarse contra el tipo. —Entonces, ¿cuál es tu plan? ¿Acosar a todos los que vienen aquí, o solo a los que consideran a Layla familia? Vuelve a tu maldita fiesta y mantente fuera de esta propiedad. Esta casa está a nombre de Layla, así que ten cuidado antes de que pongamos una cerca de seguridad para que no la molestes. Consíguete una vida y deja en paz a la chica de 17 años— Al final, estaba gritando, su voz lo suficientemente aguda como para cortar vidrio. Star solo tiene 17 años, como yo, pero no dudará en señalar la estupidez, sin importar quién seas.

Cuando regresó con Tanner, me apoyé en el mostrador, los perros a mis pies. —No te preocupes— dije. —En unas semanas, me mudaré de regreso a Broken Arrow para la escuela y para abrir mi tienda de tatuajes.

Los ojos de Star se entrecerraron, pero asintió. —Está bien, no diré nada. Pero si te lastiman, no los perdonaré. Spirit MC es tu familia, Layla. Nunca te dejaremos sola.

Cenamos, el asado estaba tierno y caliente. Deacon, Rock y Star tuvieron que irse poco después, pero Tanner y Star se quedaron para ayudar a limpiar. Nos dirigimos al área de la fogata en mi patio trasero, el aire fresco de la noche rozando mi piel mientras encendíamos un fuego. El crepitar de las llamas se mezclaba con las risas borrachas que venían del BBQ al otro lado de la calle.

Nadie había venido a invitarme —ni mamá, ni mis hermanos, ni siquiera su nuevo novio. La gente normal podría sentirse herida, pero estoy acostumbrada a ser olvidada. Zero y Lady se extendieron a mis pies, su calor me anclaba mientras bebíamos café y hablábamos sobre la graduación y la tienda de tatuajes con la que había estado soñando. La luz del fuego danzaba en los ojos de Star mientras divagaba sobre sus propios planes, mientras Tanner la molestaba por su terrible gusto musical.

Entonces, las orejas de Zero se levantaron, su enorme cabeza girando hacia la oscuridad detrás de mí. Una voz, alta y quebrada como si acabara de llegar a la pubertad, cortó la noche. —¿Crees que eres demasiado buena para venir al BBQ?

Me giré, con la mandíbula apretada, y vi una versión más joven de Tank —los mismos hombros anchos, la misma mirada engreída. Su hermano, supongo. —No fui invitada— dije, mi voz plana. —Y me dijeron que no pertenezco, así que háblalo con tu hermano. Honestamente, no me interesa estar allá. Nadie ha dicho una palabra amable desde que llegué, y no les he hecho nada. Solo están enojados porque no los venero como si caminaran sobre el agua. Ignoré sus miradas antes, y ahora volveré a ignorarlos. Adiós.

Se marchó furioso, su rostro rojo, murmurando entre dientes. Estas próximas semanas serán horribles.

Me volví hacia Star y Tanner, el fuego proyectando sombras en sus rostros. —Son las 11. Me voy a dormir. Pueden quedarse si quieren, o los veré en unos días.

—Nos quedaremos y nos iremos por la mañana— dijo Star, sin siquiera mirar a Tanner para confirmar. —Apagaremos el fuego y bajaremos cuando terminemos.

—El sofá tiene una cama plegable, y hay una cama en el segundo dormitorio. Buenas noches—. Saludé por encima del hombro mientras me dirigía al interior con Zero y Lady, sus uñas haciendo clic en el suelo.

En mi habitación, me desnudé y me metí en la ducha, dejando que el agua caliente se llevara la tensión del día. Star y Tanner se quedaban porque no confiaban en que el Wolf MC o mi familia no hicieran algo. Me gusta cuando están aquí, hacen que este lugar sea menos solitario.

Después de secarme, me puse una camiseta sin mangas y pantalones de chándal, agarré una taza de té caliente y me hundí en mi silla de frijoles. Saqué mi cuaderno de bocetos, terminando el tatuaje de libélula para mi cumpleaños y dibujando cinco diseños más para la tienda. El suave rasguido del lápiz sobre el papel era reconfortante, un vínculo con algo que podía controlar.

Dormir no es fácil la mayoría de las noches. Las pesadillas me atormentan —destellos de mi ex, Bobby, sus puños, su voz diciéndome que no debería estar triste por la muerte de papá. Ese fin de semana que me encerró fue peor que las golpizas. Hizo cosas en las que no puedo permitirme pensar. Deacon, Star y Tanner estaban fuera de la ciudad cuando sucedió, y nadie en Spirit MC sabía dónde estaba. Cuando regresaron y se dieron cuenta de que había desaparecido, me encontraron, rota y magullada. Deacon me llevó a la cabaña de su madre Etta para sanar, lejos de miradas curiosas. Mamá me presentó a Bobby, lo llamó "buen tipo". ¿Sabía ella cómo era realmente? Me pregunto. Está enviando amenazas ahora, diciendo que hará cosas peores si me encuentra. Pero tiene demasiado miedo para buscarme —no estoy escondida. Spirit MC me enseñó a pelear, a usar armas, a nunca ser una víctima nuevamente. Reenvíe su último mensaje a Tech en Spirit MC. Lo rastrearán. Que me intente ahora.

Tanner instaló equipos de gimnasio en el área del comedor antes. No necesito dos espacios para comer, solo el rincón del desayuno para mí.

No podía dormir, así que me subí a la caminadora, el ritmo constante de mis zapatillas ahogando el ruido en mi cabeza. Star y Tanner me escucharon y entraron, sus rostros suavizados por la preocupación. Saben que no quiero hablar de las pesadillas, así que nos equipamos para boxear en su lugar.

Star fue primero, intercambiando combinaciones fáciles conmigo. Izquierda, derecha, gancho, patada, repetir. Nos movíamos de un lado a otro, el sudor perlaba en mi frente. Luego Tanner intentó sorprenderme, lanzándose, pero estaba lista. Me llevó al suelo, pero lo dejé, deslizándome en control lateral. Transicioné rápido, envolviendo mi brazo bajo su barbilla, agarrando mi otro bíceps y bloqueándolo en una estrangulación hasta que se rindió. Solo entonces hablamos, sus risas me sacaron de la oscuridad por un rato.

La noche siguiente, solo éramos yo y los perros. Star, Tanner y los demás tenían trabajo y reuniones, y yo estaba bien con la calma. Saqué la basura, dejando a Zero y Lady dentro, sus ojos siguiéndome a través de la ventana. El aire estaba fresco, la calle silenciosa excepto por el zumbido distante del club de Wolf MC.

Estaba atando la bolsa cuando una sombra se movió detrás de mí, demasiado rápido para reaccionar. Un pinchazo agudo me picó en el cuello, y el mundo se volvió borroso. Unas manos me agarraron, arrastrándome hacia la oscuridad.

Los días se mezclaron en una neblina. Estaba entrando y saliendo, mi cuerpo pesado, mi mente atrapada en la niebla. El dolor venía en oleadas, siento el dolor sabía que me estaban violando dejaban mi cara sola es como si estuviera entrando y saliendo pero nunca podía despertar lo suficiente para saber quién está aquí. Hubo momentos en los que sabía que reconocía su voz, pero no sé de dónde.