Capítulo 3 Capítulo 3
El sol de la mañana se filtraba tímidamente por las cortinas entreabiertas, pintando tenues pinceladas doradas sobre la habitación.
Eira abrió los ojos y sintió un dolor sordo en cada músculo de su cuerpo, como un eco persistente de la pasión desenfrenada de la noche anterior.
Un calor inconfundible, una punzada de reconocimiento, ardía en lo más profundo de su ser, testificando la entrega total de su feminidad.
Unos brazos fuertes la mantenían abrazada.
Con movimientos lentos y cautelosos, se liberó del abrazo protector de aquel desconocido.
Cada roce de su piel contra la de él provocaba un escalofrío, un recordatorio palpable de la intimidad compartida.
Se puso de pie, tambaleándose ligeramente, y comenzo a recoger su ropa y vestirse.
Luego, dirigió su mirada hacia el hombre que aún dormía plácidamente en la cama.
Era imponente, incluso en reposo.
Sus anchos hombros se extendían bajo las sábanas arrugadas, delineando la musculatura definida que había sentido tan intensamente la noche anterior.
Su piel, bronceada por el sol, contrastaba con el blanco inmaculado de la almohada.
Su cabello negro y rebelde caía sobre su frente, ocultando parcialmente un rostro sereno y apacible.
Sin embargo, a pesar de su aparente tranquilidad, emanaba una presencia magnética, una fuerza silenciosa que llenaba la habitación por completo.
Eira sintió una punzada de ternura al observarlo.
Era un hombre hermoso, un Adonis moderno esculpido por la naturaleza misma.
Se permitió un momento para grabar cada detalle en su memoria, consciente de que quizás nunca volvería a verlo.
Sentía el corazón dividido entre la curiosidad y la responsabilidad.
No obstante, no podía quedarse allí.
No podía permitirse llegar tarde a su primer día de pasantía en la prestigiosa empresa de tecnología NexusTech.
Con un último vistazo al hombre dormido, se deslizó silenciosamente fuera de la habitación, dejando tras de sí el eco de una noche inolvidable y el anhelo de una despedida que nunca fue.
El corazón de Eira latió con fuerza mientras se detenía frente al imponente edificio de NexusTech.
Cristal y acero se elevaban hacia el cielo gris de la ciudad, reflejando un futuro que ella anhelaba conquistar.
Este era el lugar donde sus sueños tecnológicos podían florecer, el inicio de sus pasantías.
Respiró hondo y entró, sintiendo el frescor del aire acondicionado y el murmullo de conversaciones que llenaban el espacioso lobby.Se acercó al mostrador de recepción, donde una mujer con una sonrisa profesional la recibió.
- Buenos días, soy Eira Iturralde, vengo para mis pasantías. ¿Llegué tarde? - preguntó, con un hilo de preocupación en la voz.
Antes de que la recepcionista pudiera responder, una voz alegre resonó a su lado.
- ¡Justo a tiempo!
Una chica de cabello castaño y ojos brillantes se acercó, extendiéndole una mano.
- ¡Hola! Parece que llegamos al mismo tiempo. Pero aun nadie viene a atendernos.
Eira sintió un alivio inmenso.
Se acercó a Sofía, su amiga de la universidad, con una sonrisa agradecida y le dio un beso en la mejilla a forma de saludo.
- ¡Qué bueno! Estaba un poco nerviosa.
Sofía rió suavemente.
- No te preocupes, yo también. Estamos esperando a alguien que nos diga qué sigue. Mientras ven, te presento a un amigo.
La guio hacia un joven que estaba apoyado en una columna, absorto en su teléfono.
Al levantar la vista y ver a Eira, sus ojos se iluminaron.
- Eira, él es Mateo - dijo Sofía - Mateo, ella es Eira, pasante igual que, nosotros y mi mejor amiga.
Mateo se enderezó, dedicándole a Eira una sonrisa que le llegó hasta los ojos.
Desde el primer instante, algo en la mirada de Mateo hizo que Eira se sintiera intrigada.
- Bienvenida, Eira. Espero que te guste NexusTech. - dijo Mateo, con una voz que, sonaba un poco más suave de lo normal.
Eira le devolvió la sonrisa un tanto incomoda.
- Gracias, Mateo. Yo también lo espero.
Mientras esperaban, entre charlas y risas nerviosas, un hombre de traje se acercó al grupo de pasantes.
- Buenos días a todos. Soy el Sr. Benavides, y seré su contacto durante estas pasantías. Síganme, por favor, para comenzar con la inducción.
El resto del día transcurrió con normalidad.
El grupo de pasantes, trabajaba en una sala en conjunto, cada uno con su propio ordenador, pero bajo la supervision del Sr. Benavides.
Se les entregaron archivos que, mostraban los trabajos realizados por la empresa y su método de trabajo.
Ademas, según las instrucciones dadas, en base a todo eso y su desarrollo, cada uno debía presentar un proyecto al final de la pasantia en beneficio de NexusTech.
De los cuarenta pasantes, solo diez podrian acceder a un trabajo dentro de la empresa, todo dependería de aquel proyecto.
Eira se sentía tan contenta y emocionada por la oportunidad.
Estudiaría muy bien los intereses de NexusTech y prepararía cuidadosamente su proyecto.
Su mayor sueño en la vida, era ser parte de ese lugar.Ese sería sin duda, uno de los mayores logros que, podría alcanzar. Pues en el futuro, sabía que, le abriría muchas puertas.
- ¿Vas a contarme?
- ¿Uh? - indagó confundida sin comprender a Sofía.
- La razón por la que, llegaste con el tiempo justo. - susurró a su costado sin dejar de trabajar - Que Eira Iturralde llegara a la hora exacta y no antes, eso es sorprendente.
Eira se sonrojó al recordar los motivos por los que, esa mañana había tardado más de lo habitual en llegar a su destino.
Y deseaba poder contárselo a su amiga. Sin embargo, no creía que ese fuera el lugar y el momento para hacerlo.
- ¿Qué dices si nos tomamos un chocolate a la salida? - sugirió con una media sonrisa.

































