Capítulo 70

El rostro de Gloria se torció con molestia, y cuanto más miraba a Elisa, más irritada se ponía.

—Sal y espera junto a la puerta —espetó—. Necesito hablar con la adivina a solas.

Elisa asintió, con la mirada baja.

—Está bien.

Salió, cerrando la puerta tras de sí con un suave clic.

Una vez afuera...