CAPÍTULO 62

Escucho pasos de tacones acercándose así que dejo el celular exactamente donde lo encontré, con la pantalla apagada, como si nada hubiera pasado.

En cuanto la peliteñida entra a la sala, sus ojos van directo al teléfono sobre la mesa. Lo toma con una rapidez casi instintiva, como si temiera que alg...