Capítulo 237: Programar un consejo de ancianos de emergencia

No muy lejos, Caleb—camisa ligeramente abierta, taza de café en mano—observaba la escena con una calma inusual. La tensión que usualmente marcaba sus rasgos por el peso del liderazgo se había derretido en una serenidad casi inquietante.

Loric ya estaba sentado en la mesa, sosteniendo una gruesa reb...