¡Eres mía, heredera!

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Capítulo 37. Una sentencia con descubrimientos. Parte 3.

Ailan.

Durante quince minutos, trate de explicar, sobre todo a mi padre lo que había pasado, sabía que daba igual como se lo contara a mi padre, se lo iba a tomar mal. Pare él, un desgraciado, había maltratado a su princesa, y el gran Norman Miller quería sangre. Mi madre con sus artes lo calm...

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