CAPÍTULO DIECINUEVE

Corrí hacia adentro, con lágrimas ya brotando de mis ojos, un sollozo atrapado en mi garganta.

—¿Qué le pasó? —dije con voz ronca.

No lo había conocido por mucho tiempo, pero había sido tan bueno conmigo. Realmente no sabía cómo agradecerle su amabilidad y cómo me salvó la vida sin siquiera saber ...