Millas

Katrina es una buena deportista. Aunque se quejó todo el tiempo mientras se preparaba, maldiciéndome por llevarla a comer antes de esta caminata, no se ha quejado ni una vez desde entonces.

—¡Esta vista, es preciosa! —dice, deteniéndose un momento para admirarla.

—Así es —respondo, sin mirar la be...